martes, 3 de febrero de 2009

Viaje a India - 3 de febrero

Party time

En la sesión de la mañana nos anunciaron que a la noche tendríamos una fiesta en Shillong. Es que al día siguiente, miércoles 4 de febrero, teníamos el día libre y podíamos dormir más. Entonces, como varios de los participantes tenían planificada su vuelta antes, o poco después de finalizado el Workshop, prefirieron hacer la fiesta esa noche. En las sesiones no pasó nada destacable: discutimos algunos textos sobre cultura del placer y del consumo urbano, y expuso su trabajo Orli.













Al término de las sesiones salimos directamente para Shillong. La cena estaba prevista en el lugar de la fiesta. Nos subieron a todos en un ómnibus y nos dejaron en un hotel que tenía en el segundo piso un restaurant y en el tercero una suerte de lugar de fiestas con una vista muy bonita. Nos trataron como reyes, ofrecieron todo tipo de tragos (yo tomé absolut con agua tónica toda la noche). Algunos profesores se relajaron más, otros menos.











Además de los tragos, estaba dispuesta una mesa repleta de comidas, que nadie se animaba a encarar. Tomamos la iniciativa, creo que con Sabina y poco a poco se fueron sumando todos. De entrada servían una mushroom soap realmente estupenda. Los platos principales no eran muy diferentes a los que veníamos comiendo en la universidad, pero esa entrada y un postre del estilo de la Creme Brûlée le dieron a la cena cierto toque de distinción. Algunos profesores insistieron en poner música, pero nadie bailó. Nos subimos nuevamente al ómnibus y volvimos escuchando unas canciones de Rock & Roll local (Shillong es considerada la capital del rock indio). Bodhi y uno de los choferes encabezaron una danza que animó el viaje.


Selda cantó una canción turca, Diana una canción colombiana, los brasileros cantaron bossa nova y a mi me pidieron un tango, que no canté. Cuando llegamos, pidieron que contáramos “la canción del Che Guevara”: como algunos me acompañaron, ahí no me resistí. Aprendimos a quererte…