miércoles, 10 de enero de 2007

Recuerdo



Me vinieron ganas de recordarte. Así, en esa imagen, joven, hermosa y con la mirada un poco perdida como siempre. Hoy lamento tanto no haber podido charlar ciertas cosas con vos Bubi. Siento que me hubieras entendido en tu locura, que es un poco mi locura. Me reconozco algo en tus excesos, en tus desbordes, aunque no hayan divertido. Aunque hayan lastimado un poco. Un poco mucho. Hasta el final estuve con vos, y hasta el final no estuve nada. ¿Por qué nunca te pregunté si eras conciente de lo que te estaba pasando? ¿Por miedo a lastimarte? ¿O por miedo a lastimarme a mí? Me hacía mal pensar que estabas ahí, recluida, cada vez más silenciosa, en medio de esa tribu de viejos que veían como se les esfumaba la vida. Intentaste gobernarlos, ser la primera y la última. Yo sé que tu delirio tenía ribetes de verdad. Sé que eras un poco una reina, loca total, pero reina al fin. Las reinas son así, viven y mueren en su mundo imaginario. En mi cabeza seguís viviendo, tal cual quisiste ser. Porque supiste convencerme de chico, de muy chiquito, que cuando uno quiere una cosa, la tiene. Eso lo saqué de vos Bubi, insisto, de tu locura, que es mi locura. En saquear un kiosco para tener todas las figuritas de un álbum, en hacer una suelta de globos para todo el mundo, en comprar pececitos de colores para armar un jardín japonés en una casa que no daba, en imaginar que los peces estaban vivos cuando estaban todos muertos, en seguir pensando que eras esa reina entre viejos que estaban casi muertos. Hay algo de fuerza ahí Bubi, hay algo de perseverancia en el ser, hay algo de locura creativa, que redescubrí leyendo una carta tuya. Sé que eso lo tengo de vos, en lo que tiene de mejor y de peor. Y te lo agradezco, en serio. Y te extraño muchísimo. Y no me olvidé de vos, aunque nunca haya ido al cementerio. No quiero ver eso, esa realidad silenciosa y decadente no sos vos. Vos sos esta foto, sos esa reina, que no pudo ser, pero que fuiste, todo al mismo tiempo.